La suspensión de las clases en todas las etapas educativas es una medida excepcional, que los padres tendrán que gestionar durante las próximas semanas. Hoy los alumnos afrontan unas vacaciones forzadas, con el problema añadido de la conciliación familiar y laboral. Los padres se preparan ya para una situación anómala aunque, en general, entienden la medida, pensando en la protección de sus hijos frente al avance del virus.
